sábado, 10 de noviembre de 2007

De lo anterior podemos hacer

De lo anterior podemos hacer una analogía e interpolarlo a nuestra época:

a) Apertura. Es curioso que todos los T.J. que invito a pasar a mi casa para platicar se niegan muy sutilmente, diciendo "aquí (afuera) estamos bien", ó "sólo pasamos brevemente". Ya con estas repuestas se cierran a cualquier plática profunda y todo lo que se argumentará será superficial, será una "evangelización express". Las razones de esto pueden variar: tienen prisa y ya quieren terminar la charla, no se sienten bien preparados para argumentar o tal vez la principal es que hay una orden muy estricta por parte de sus superiores: se debe evitar a toda costa tener contacto con ex T.J, o como ellos los llaman "apóstatas", tal vez por temor a que los nuevos T.J. se enteren de las razones por las cuales se salieron de la organización.

b) Razonamiento. Como ya lo mencioné, es muy difícil de lograr el razonamiento con un T.J. Sin embargo no es imposible. Esto se puede conseguir, por ejemplo, cuando les formulas preguntas cuyas respuestas son personales, es decir, no se encuentran directamente en su literatura. Como anécdota te comento que, en una ocasión, le pregunté a un T.J. ¿Qué necesito para ser salvo? Esta puede ser una pregunta muy fácil incluso para un aprendiz T.J. Cómo su mente funciona con "asociación de palabras", enseguida me respondió con varias citas bíblicas (TNM): ‘Esto significa vida eterna: el que estén adquiriendo conocimiento de ti, el único Dios verdadero’ […](Jn. 17:3, corchete añadido) ‘El que crea y sea bautizado será salvo’ […](Mc. 16:16, corchete añadido), […]‘mas el que hay aguantado hasta el fin es el que será salvo’ (Mt. 10:22, corchete añadido). Pero además me dijo, es necesario trabajar en la obra de Jehová predicando el Reino de Dios". Estas respuestas pudieran parecer loables desde el punto de vista de un T.J. Sin embargo la pregunta no terminó ahí. Le respondí y le dije: -bueno, pero ahora se lo complico un poco, imagine que estoy al borde la muerte, me quedan pocas horas de vida, no me da tiempo de adquirir suficiente conocimiento, y por consecuencia de bautizarme (los T.J sólo se bautizan cuando han adquirido suficiente conocimiento) y, para colmo no tengo el tiempo de vida para trabajar en la obra ¿qué tengo que hacer para ser salvo? La respuesta fue muy concreta, si estuviera en tales condiciones, ya estaría, según los T.J., condenado. Este es un claro ejemplo de falta de razonamiento, pues en su literatura dice que "no pueden haber obras de arrepentimiento en el lecho de muerte" e incluso, se apoyan con citas bíblicas. Pero lo que la mayoría de T.J desconoce es que, en la Biblia, la palabra salvación (gr. soteria) se emplea en más de un sentido: en el plano físico y espiritual. Pero no hablaré ahora a cerca de la doctrina de la salvación, de la cual habría mucho que argumentar. Pero para no entrar en polémica respecto a este tema, sólo considera y reflexiona lo que le respondí finalmente a mi amigo T.J.: bueno, hay algo que entonces no entiendo, le contesté sarcásticamente, cuando crucificaron a Jesús (¿dije la palabra "cruz"?), bueno, cuando colgaron a Jesús en el madero, habían dos ladrones o malhechores (pecadores) a su lado. Uno de ellos, creyó que Jesús era el Cristo y notablemente arrepentido le dijo: Acuérdate de mi cuando vengas en tu reino. En otras palabras ¡Ten misericordia de mi Hijo de Dios!, A lo que Jesús le respondió […] estarás conmigo en el paraíso (Lc. 23: 40-43, corchete añadido). ¿En qué momento este malhechor adquirió conocimiento, fue bautizado y sirvió en la obra para merecer el paraíso (salvación)? (y no a cualquiera le daban muerte en una cruz o madero, era un método de ejecución romana reservada para los peores delincuentes). ¿No fue este caso un claro ejemplo de salvación "en el lecho de muerte"? Eso se llama gracia y rompe con cualquier argumento ó "teología". Por supuesto mi amigo T.J. ya no pudo decirme nada.

c) La Escritura. Este es el punto más importante de todos, pues una persona puede tener muy buenos argumentos pero finalmente tendrán que pasar por "el colador divino": la Biblia. Decir que todas las Biblias son iguales puede sonar muy familiar. Actualmente existen muchísimas traducciones de la Biblia. En el libro Razonamiento a partir de las Escrituras, los T.J. hacen referencia a 39 traducciones diferentes de la Biblia, sin embargo, a la hora de debatir puntos doctrinales, principalmente en el nuevo testamento, en los que hay polémica (cómo por ejemplo, la divinidad de Jesús), los T.J. refutan todas las traducciones disponibles y creen ciegamente en su propia Traducción (Traducción del nuevo mundo). Esta actitud contradice totalmente lo que en el mismo libro de Razonamiento dice:

Es cierto que algunas traducciones de la Biblia se adhieren más fielmente que otras a lo que dicen los idiomas originales. Ciertas biblias modernas en paráfrasis se han tomado libertades que a veces alteran su significado original. Algunos traductores han permitido que sus creencias personales influyan en sus traducciones. Pero se pueden identificar esos puntos débiles cuando se comparan varias traducciones. (Razonamiento a partir de las Escrituras, Ed. 1985,1989, Pág.67, énfasis añadido)


2) UNA INVITACIÓN
No debería de haber conflictos en cuestión de traducciones, pues comparando un texto con varias de éstas, se puede llegar fácilmente a la idea original y detectar la traducción que esté de acuerdo a la conveniencia de alguien. Podría argumentar la falsedad de la sociedad Watch Tower hablando de su origen ocultista, mismo que se comprueba en su propia literatura, en libros antiguos que ya no se publican. Sin embargo, mi misión es compartir la verdad, que a veces duele mucho, pero es mejor saberla que estar engañado.

Cuando descubrí el engaño de la organización, me dolió tanto que literalmente mi fe se derrumbó (porque estaba puesta en la organización y no en Cristo). Pero un pasaje me dio consuelo:

Y conoceréis la verdad, y la verdad os hará libres. (Jn. 8:32, énfasis añadido).

La Verdad no es un conocimiento teológico o intelectual, Jesús es la Verdad (Jn. 14:6). Él dijo en Juan 17:3:

Y esta es la vida eterna: que te conozcan a ti, el único Dios verdadero, y a Jesucristo, a quien has enviado (Énfasis añadido)

La palabra que se traduce en Jn. 17:3 como conocer, es la palabra griega ginosko, y es la misma palabra que Jesús usó en Jn. 10:14-15, donde dijo:

Yo soy el buen pastor y conozco mis ovejas, y las mías me conocen, así como el Padre me conoce y yo conozco al Padre (Énfasis añadido)

Ésta misma palabra ginosko, se usa en Jn. 10:27; 1Co 8:3; Gal. 4:9; 2 Ti 2:19; 1 Jn. 2:13-14

Por lo tanto, la palabra conocer en Jn.17:3, implica una relación, no un conocimiento. Para ser libres debemos tener una relación personal con Jesús, para conocerlo cada vez más.

Ahora te quiero invitar, de acuerdo a la Escritura, que escudriñes la Palabra comparándola con diferentes traducciones:

Y éstos eran más nobles que los que estaban en Tesalónica, pues recibieron la palabra con toda solicitud, escudriñando cada día las Escrituras para ver si estas cosas eran así" (Hechos 17:11, énfasis añadido).

En las siguientes páginas citaré versículos bíblicos fundamentales en donde se revela la verdadera identidad de Jesús.

Antes que nada quiero decirte que tú y yo, por más que leamos y tengamos un conocimiento teológico no podremos conocer más íntimamente a Dios a menos que a él se le plazca revelarse y abrir nuestros ojos espirituales. De tal manera que para conocer la verdadera identidad de Jesús necesitamos una revelación. Jesús le dijo a Pedro después de que éste le contestó quien creía que era Jesús:

[…] Bienaventurado eres, Simón, hijo de Jonás, porque no te lo reveló carne ni sangre, sino mi Padre que está en los cielos (Mateo 16:17, corchete y énfasis añadido)

No obstante a pesar de que sólo podemos conocer la verdadera naturaleza de Jesús por revelación divina, en la Escritura hay muchos pasajes bíblicos que son muy claros al respecto, mencionaré algunos de los más importantes.

Existen por lo menos 11 argumentos por los que podemos saber la verdadera identidad de Jesús.

I) TÍTULOS
a) El Alfa y la Omega.

El Alfa y la Omega son respectivamente la primera y última letra del alfabeto griego, por eso equivale a decir el primero y el último, es decir, el único que es Eterno. Éste título sólo puede pertenecer al único Dios eterno (Is 41:4, 44:6, 48:12), sin embargo, Jesús es llamado también con este título en el libro de Apocalipsis (palabra que, por cierto se traduce como revelación). En 1:8, aunque los T.J, a conveniencia aplican esta referencia al Padre, es fácil saber que éste título pertenece realmente a Jesús cuando se lee el contexto del pasaje:

[…] y de Jesucristo, el testigo fiel, el primogénito de los muertos, y el soberano de los reyes de la tierra. Al que nos ama, nos ha lavado de nuestros pecados con su sangre y nos hizo reyes y sacerdotes para Dios, su Padre; a él sea gloria e imperio por los siglos de los siglos. Amén. He aquí que viene con las nubes (€Cf. Dn. 7:13; Mt.26:64; Mc. 13:26, 14:62; Lc. 21:27): Todo ojo lo verá (Cf. Mt 24:2; Lc. 17:24; Hch. 1:11), y los que lo traspasaron (Cf. Jn. 19:33-34,36), y todos los linajes de la tierra se lamentarán por causa de él (Cf. Mt. 24:30). Sí, amén. (Ap. 1:5-7, paréntesis y énfasis añadidos).

En Apocalipsis 1:11 se llama a Jesús nuevamente el Alfa y la Omega, el primero y el último (Véase descripción Ap 1:13-17). Aunque en muchas traducciones como la ΨVM, BJ, CI, TA, y NC no aparece la frase Yo soy el Alfa y Omega, el primero y el último, aún así, sí aparece en todas (incluyendo TNM), el título el primero y el último (que es su equivalente) en el versículo 17. Nuevamente en Apocalipsis 2:8 se llama a Jesús el primero y el último (Jesús fue el que estuvo muerto y vivió). De igual forma en Ap.22:13 Jesús es llamado el Alfa y la Omega, el principio y el fin, el primero y el último. Es claro que en este pasaje el título aplica a Jesús (Véase v. 16), pues es el que esta hablando desde el v. 12 (Cf. Mt. 16:27 donde dice que Jesús vendrá y pagará a cada uno conforme a sus obras), sin embargo los T.J. lo acomodan de la siguiente forma: el Padre está hablando desde el v.12 (por tanto el título Alfa y Omega le corresponde a Él) y, en el v.16 Jesús interrumpe a su Padre para hablar.

Finalmente en Ap. 21:6 aparece otra vez el título sagrado el Alfa y la Omega, el principio y el fin. Esta referencia de primera impresión podría aplicar al Padre ya que Él está sentado en el trono (Ap. 21:5, cf. Ap. 4:10-11,5:7,7:10), aunque también el Hijo (el Cordero) está sentado en el trono (Ap. 3:21, 22:1,3). Este pasaje (Ap. 21:6) dice que el Alfa y la Omega le dará gratuitamente de la fuente de agua de vida al que tuviera sed, (Cf. Jn 4:10,14, 6:35, 7:37-38; Ap 22:17), curiosamente casi las mismas palabras que dijo Jesús en Ap 22:17. Haciendo alusión a este pasaje los T.J. refutan que el título pertenezca a Jesús ya que en el v.6 dice que al venciere será llamado hijo de aquel a quien se llama Alfa y Omega, y según ellos nunca se dice eso respecto a la relación de Jesús con sus seguidores, opinión totalmente errada ya que en Isaías 9:6 se le llama a Jesús, entre otros títulos, Padre eterno, y para que ha alguien se le llame padre debe tener hijos ¿no es cierto? Lo que sí admiten los T.J es que a Jesús se le llama en Ap. 1:17 el primero y el último, mismo título que se le da a Dios en Is. 41:4, 44:6, 48:12., y como no pueden refutarlo sólo les queda decir que, un título a veces se halla en más de un lugar en las Escrituras, pero que no se debe concluir apresuradamente que se trate de la misma persona y dan como ejemplo los títulos apóstol, que aplica a Jesús en Heb. 3:1 y a siervos de Dios en Mt 10:2, Rom 1:1, Ped 1:1, la luz del mundo, que aplica Jesús en Jn. 8:12 y a los discípulos en Mt 5:14) , y rey de reyes, que aplica a Jesús en Ap. 17:14 y Nabucodonosor Dn. 2:37. Y estoy completamente de acuerdo con ellos, hay muchos que son llamados apóstoles (enviados), nosotros mismos somos llamados la luz del mundo o por cortesía a muchos se les llama señor o rey de reyes. Pero hay títulos que sólo pertenecen a Dios, como el primero y el último (Alfa y Omega), ya que ser el primero y el último implica ser El Eterno. (Véase Eternidad).

b) Rey de reyes y Señor de señores

Se llama Rey de reyes y Señor de señores al Padre en 1 Ti 6:15-16:

La cual a su tiempo mostrará el bienaventurado y solo Soberano, Rey de reyes y Señor de señores, el único que tiene inmortalidad, que habita en luz inaccesible; a quien ninguno de los hombres ha visto ni puede ver, al cual sea la honra y el imperio sempiterno. Amén. (Énfasis añadido) Cf. Dt. 10:17

Sin embrago, también a Jesús se le da este título:

Y en su vestidura y en su muslo tiene escrito este nombre: Rey de reyes y Señor de señores. (Ap.19:16, énfasis añadido) Cf. Ap. 17:14

c) Yo Soy

Éxodo 3:14 dice: Respondió Dios a Moisés: Yo soy el que soy. Y añadió: Así dirás a los hijos de Israel: Yo soy me envió a vosotros. (Énfasis añadido)

La frase Yo soy el que soy explica el nombre personal del Dios de Israel, traducido en la Versión Reina Valera (VRV) como Jehová (v.15), asociándolo al verbo hebreo hayah, que significa "ser", "existir" y, a veces, también "acontecer"

Juan 8:58-59: Jesús les dijo (a los Judíos): De cierto, de cierto os digo, antes que Abraham fuera yo soy. Tomaron entonces piedras para arrojárselas […] (Paréntesis y énfasis añadidos).

Es bien sabido que durante muchos siglos el pueblo de Dios conoció el título Yo soy, revelado a Moisés. La pregunta es ¿porqué intentaron lapidar a Jesús? La respuesta está en La ley. Levítico 24:15-16 dice:

Y a los hijos de Israel hablarás, diciendo: cualquiera que maldijere a su Dios, llevará su iniquidad. Y el que blasfemare el nombre de YHWH, ha de ser muerto; toda la congregación lo apedreará; así el extranjero como el natural, si blasfemare el Nombre, que muera. (Énfasis añadido)

Es obvio que los Judíos tomaron como una blasfemia el que Jesús afirmara ser el mismo Yo soy revelado a Moisés (esto contestaría la pregunta que le formularon en el v.53 ¿quién crees que eres?) y por eso lo iban a apedrear. Lo mismo ocurrió cuando el sumo sacerdote en el Concilio le preguntó a Jesús:

[…] ¿Eres tú el Cristo, el Hijo del Bendito? Y Jesús le dijo: Yo soy; y veréis al Hijo del Hombre sentado a la diestra del poder de Dios, y viniendo en las nubes del cielo. Entonces el sumo sacerdote, rasgando su vestidura, dijo: ¿qué más necesidad tenemos de testigos? habéis oído la blasfemia; ¿qué os parece? Y todos ellos le condenaron, declarándole ser digno de muerte (Mc. 14:61-64, corchete y énfasis añadido)

El que Jesús afirmara ser el Hijo de Dios no era una blasfemia (Cf. Jn 10:36), pues ellos mismos sabían por medio de la ley que el Cristo vendría. Es obvio que el concilio condenó a Jesús por declararse ser el mismo Yo soy. (Cf. Jn. 5:18, 10:30,33).

Algo muy curioso ocurrió cuando los soldados y alguaciles de los principales sacerdotes y de los fariseos fueron aprehender a Jesús:

Pero Jesús, sabiendo todas las cosas que le habían de sobrevenir, se adelantó y les dijo: ¿A quién buscáis? Le respondieron: a Jesús nazareno. Jesús les dijo: Yo soy. Y estaba también con ellos Judas, el que le entregaba. Cuando les dijo: Yo soy, retrocedieron, y cayeron a tierra. (Jn. 18:4-6, énfasis añadido)

Nadie retrocede y cae en tierra por una simple respuesta. El autor aquí revela el verdadero significado de la expresión de Jesús.

Las Referencias al título Yo soy en el NT son:

Sin especificación: Jn. 6:20, 8:24, 28, 58, 13:19, 18:5-6,8.

Con especificación:


El Mesías (Jn. 4:25-26)

El pan de vida (Jn. 6:35, 41, 48, 51)

La luz del mundo (Jn. 8:12; 9:5)

La puerta (Jn. 10:7,9)

El buen pastor (Jn. 10:11, 14-15)

La resurrección y la vida (Jn. 11:25)

d) Señor (gr. Kyrios)

Unos 4 siglos antes de Jesús, los Israelitas dejaron de pronunciar el nombre de Dios (ה ו יה), por temor a "tomar en vano" el nombre divino (vea Ex 20:7). Cuando los judíos leían la Escritura en voz alta, donde decía ה ו יה (YHWH), pronunciaban por respeto Adonai, (nuestro Señor), el Nombre o el Santo. Como en los textos hebreos sólo se escribían consonantes, en la edad media adoptaron un sistema de puntos que indicaban las vocales, y colocaron debajo del Tetragramatón las vocales de Adonai (heb. Edonah) e, o, a que, leídas como propias del Tetragrama, suenan como "Jehová". La palabra YeHoWaH carecía de sentido y no se pronunciaba, pero al verla escrita el lector sabía que debía decir Edonah. Cuando se realizaron las primeras versiones de la Biblia a partir de manuscritos hebreos, los traductores cristianos introdujeron este extraño nombre híbrido en el uso de la Iglesia. Algunos traductores griegos como los de la Septuaginta (=LXX) (250 a. C.) utilizaron la palabra Kyrios (Señor) para traducir el Nombre de Dios, el Tetragrámaton. De tal manera que afirmar que el nombre de Dios es Jehová, como lo hacen los T.J. no tiene fundamento.

Con base a lo anterior podemos entender un poco el verdadero significado de la palabra Señor para los primeros cristianos. De hecho, éste título sólo se le dio a Dios en el Antiguo Testamento (AT) (Gn. 15:2, 8, 18:3, 27,30-32, 20:4; Dt. 10:17, Sal. 8:1, 9, 62:12, 68:20, 86:5, 15, 90:1, 97:5, 135:5, 147:5, Is. 6:1, 26:4, 28:16, 61:1; Jer. 32:17, Lm. 3:31, 37, Ez. 39:29, Dn. 2:47, Am. 9:5, Hch. 17:24)

En el Nuevo Testamento (NT), Señor, es el titulo más usado para referirse a Jesús, especial mente después que este venció la muerte con su resurrección y dejó así establecida su soberanía.

El apóstol Pablo lo expresó de la siguiente forma:

Aunque haya algunos que se llamen dioses, sea en el cielo, o en la tierra (como hay muchos dioses y muchos señores), para nosotros, sin embargo, sólo hay un Dios, el Padre, del cual proceden todas las cosas, y para quien nosotros existimos; y un Señor, Jesucristo, por medio del cual han sido creadas todas las cosas, y por quien nosotros también existimos. (1Co 8:5-6, énfasis añadido)

Y también dijo:

Por eso Dios también lo exaltó sobre todas las cosas, y le dio un nombre que es sobre todo nombre, para que en el nombre de Jesús se doble toda rodilla de los que están en los cielos, en la tierra, y debajo de la tierra; y toda lengua confiese que Jesucristo es el Señor, para gloria de Dios Padre. (Fil. 2:9-11, énfasis añadido)

Otros pasajes donde se llama Señor a Jesús son Mt. 12:8, 22:43-44; Mc. 2:28; Lc. 2:11, 6:5, 24:34; Jn. 20:28; Hch. 2:34, 36; 9:1, 11:16, 26:15; Rom. 1:3, 10:9; 1 Co. 1:9, 12:3, 5, 15:47; 2 Co. 1:3, 8:9; Ef. 4:5; 1 Te 4:15-17; 2 Te 3:3-5;1 Ti 6:14; Heb. 1:10, 7:14; Ap. 19:16)


II) JESÚS ES LLAMADO DIOS
a) Porque un niño nos es nacido, hijo nos es dado, y el principado sobre su hombro; y se llamará su nombre Admirable consejero, Dios fuerte, Padre eterno, Príncipe de paz. (Is 9:6)

b) […] de quienes son los patriarcas, y de los cuales, según la carne, vino Cristo, el cual es Dios sobre todas las cosas, bendito por los siglos. Amén. (Rom 9:5, corchete añadido)

c) En el principio era el Verbo, y el Verbo estaba con Dios, y el Verbo era Dios. (Jn 1:1)

d) Nadie ha visto jamás a Dios, el unigénito Dios, que está en el seno del Padre, Él le hadado a conocer (Jn 1:18, Versión Biblia de las Américas)

e) E indiscutiblemente, grande es el misterio de la piedad: Dios fue manifestado en carne, justificado en el Espíritu, visto de los ángeles, predicado a los gentiles, creído en el mundo, recibido arriba en gloria. (1 Ti 3:16)

f) […] aguardando la esperanza bienaventurada y la manifestación gloriosa de nuestro gran Dios y Salvador Jesucristo (Ti 2:13, corchete añadido)

g) Entonces Tomás respondió y le dijo: ¡Señor mío, y Dios mío! (Jn. 20:28) cf. Sal. 35:23

h) He aquí, una virgen concebirá y dará a luz un hijo, y llamarás su nombre Emanuel, que traducido es: Dios con nosotros. (Mt 1:23) cf. Is 7:14.

i) Lucho para que sean consolados sus corazones, y para que unidos en amor, alcancen todas las riquezas de pleno entendimiento, a fin de conocer el misterio de Dios, que es Cristo. (Col 2:2, Versión Biblia Latinoamericana)

j) Pero del Hijo dice: tu trono, Dios, por los siglos de los siglos. Cetro de equidad es el cetro de tu Reino. (Heb. 1:8)

k) Simón Pedro, siervo y apóstol de Jesucristo, a los que habéis alcanzado, por la justicia de nuestro Dios y Salvador Jesucristo, una fe igualmente preciosa que la nuestra. (2 p 1:1)

Nota: Una traducción integra y legítima, implica verter cada palabra, tal y como se escribió en los idiomas originales, respetando las reglas gramaticales, y no según la conveniencia de alguien, aún cuando el texto bíblico aparentemente contradiga otros textos. No le corresponde al traductor emitir juicios si lo que está traduciendo va a ser contradictorio o no, su trabajo es traducir.


III) PASAJES BÍBLICOS EN DONDE EL TITULO ה ו יה (YHWH) APLICA AL HIJO
a) La escalera de Dios

Y soñó: y he aquí una escalera que estaba apoyada en tierra, y su extremo tocaba en el cielo; y he aquí ángeles de Dios que subían y descendían por ella. Y he aquí, YHWH estaba en lo alto de ella […] (Gn.28:12-13, énfasis añadido)

Respondió Jesús y le dijo: ¿Porque te dije: Te vi debajo de la higuera, crees? Cosas mayores que estas verás. Y le dijo: De cierto, de cierto os digo: De aquí en adelante veréis el cielo abierto, y a los ángeles de Dios que suben y descienden sobre el Hijo del hombre. (Jn.1:50-51, énfasis añadido)

b) El nombre YHWH

He aquí que vienen días, dice YHWH, en que levantaré a David renuevo justo, y reinará como Rey, el cual será dichoso, y hará juicio y justicia en la tierra. En sus días será salvo Judá, e Israel habitará confiado; y este será su nombre con el cual le llamarán: YHWH, justicia nuestra. (Jer. 23:5-6, énfasis añadido)

Este es uno de los pasajes más contundentes y claros pero de los menos conocidos en donde se demuestra que Jesús es el mismo YHWH del antiguo testamento. Claramente dice que YHWH levantará un renuevo justo (cf. Is.11:1, donde Jesús es llamado renuevo o vástago) que reinará como Rey (cf Dn. 2:44 donde se habla del reinado del Mesías) y que el nombre con el que le llamarán es YHWH, justicia nuestra.

c) El fundador de la tierra

Desde el principio tú fundaste la tierra, y los cielos son obra de tus manos. Ellos perecerán, mas tú permanecerás; y todos ellos como una vestidura se envejecerán; como un vestido los mudarás, y serán mudados; pero tú eres el mismo, y tus años no se acabarán. (Salmo 102:25-27, énfasis añadido)

[Más del Hijo dice]: Tú, Señor, en el principio fundaste la tierra, y los cielos son obra de tus manos. Ellos perecerán, mas tú permaneces. Todos ellos se envejecerán como una vestidura, como un vestido los envolverás, y serán mudados. Pero tú eres el mismo, y tus años no acabarán. (Heb.1:10-12, corchete y énfasis añadido)

El salmo hace referencia a YHWH pero el autor de los Hebreos toma literalmente la misma cita para referirse a Jesús. Pero no sólo es el hecho que el pasaje se refiera al Hijo, sino lo que ello implica: El Hijo es presentado como el Creador (no como un ayudante) y pone de manifiesto su eternidad, atributo que sólo corresponde a Dios (Véase. Creador y Eternidad)

d) El ángel de Dios

La revelación de Jesucristo, que Dios le dio, para manifestar a sus siervos las cosas que deben suceder pronto; y la declaró enviándola por medio de su ángel a su siervo Juan (Ap. 1:1, énfasis añadido)

Y me dijo: Estas palabras son fieles y verdaderas. Y YHWH, el Dios de los espíritus de los profetas, ha enviado su ángel, para mostrar a sus siervos las cosas que deben suceder pronto. (Ap. 22:6, énfasis añadido)

Yo, Jesús, he enviado mi ángel para daros testimonio de estas cosas en las iglesias. Yo soy la raíz y el linaje de David, la estrella resplandeciente de la mañana. (Ap. 22:16, énfasis añadido)

En Apocalipsis 1:1 y 22:6 dice que fue Dios el que envió a su ángel, pero en el capítulo 22:16 dice que fue Jesús el que lo envió. ¿Contradicción? No. Jesús es Dios.

e) La preparación del camino de YHWH

Voz que clama en el desierto: Preparad camino a YHWH; enderezad calzada en la soledad a nuestro Dios. Todo valle sea alzado, y bájese todo monte y collado; y lo torcido se enderece, y lo áspero se allane, y se manifestará la gloria de YHWH, y toda carne juntamente la verá; porque la boca de YHWH ha hablado. (Is. 40:3-5, énfasis añadido)

Como está escrito en el libro de las palabras del profeta Isaías, que dice: Voz del que clama en el desierto: Preparad el camino de YHWH, enderezad sus sendas. Todo valle se rellenará, y se bajará todo monte y collado; los caminos torcidos serán enderezados, y los caminos ásperos allanados, y verá toda carne la salvación de Dios. (Lc. 3:4-6, énfasis añadido) Cf. Mt 3:3; Jn. 1:23.

En Lucas 1:76 se dice que Juan el Bautista es el que preparará el camino del Señor (YHWH), sin embargo Juan en realidad preparó el camino de Jesús:

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